jueves, 31 de julio de 2014

Conflicto Hamas del tipo Araucanía




No nos podemos hacer los locos. Que por muy lejano que pueda ser, esa realidad nos pertenece.
En Hamas tal como hemos visto en el noticiario, están ocurriendo cosas espantosas, que ante cualquier justificación que se haga, la falta se agrava. Aún cuando todo sigue empeorando. 

Hace poco me tocó ver un hermoso video ilustrativo sobre el histórico conflicto de lo que muchos llaman “la tierra prometida”. “This land is mine” (esta tierra es mía), tiene la oportunidad de explicarnos los hechos de manera pragmática, que, bastándose de unas buenas ilustraciones, contextualiza a los guerrilleros por la tierra en una sátira animada, comenzando en la época de las cavernas, pasando por los hechos actuales entre israelitas y palestinos, hasta llegar a un único vencedor que es el “ángel de la muerte”. Nos puede dejar algo sobre qué pensar, más que nada por el final, donde -dependiendo sus creencias- usted puede decir si acaso el conflicto es tan ridículo como el mismo ángel.



Pero pese a las risas, la gracia llega hasta acá, porque el conflicto por los intereses abarca todo el país, llegando al sur de Chile y nuestros hermosos rincones. No nos descontextualicemos, que “esta tierra es mía” la han interpretado por años los mapuches, agricultores, transportistas y gobernantes, hijos de dueños de fundo, entre muchos otros. La única diferencia es que en esta constante lucha de egos, “propiedades” y leyes antiterroristas, el concepto de solución está tan mal enfocado, como las mismas ganas que tienen los judios de hacer desaparecer Palestina.

El punto es, que debemos entender que esta tierra no es de nadie, y nadie somos todos. El estado debe reconocer la expropiación hecha al pueblo mapuche, y junto con ello, devolver las tierras quitadas hace muchos años atrás. Y no darle cabida a que este problema se soluciona con más presencia policial en contra de los hermanos mapuches, que lo único que han hecho, es reclamar lo que se les han quitado. Su tierra, su libertad. 


Esta tierra no es mía, ni tampoco es de nadie. Sólo somos pasajeros en este mundo, y con tanta maleta que intentamos llevar, dejaremos una única carga que son conflictos y problemas ante algo que no nos pertenece. 

Por Fabián Domínguez - @asfdominguez