Los niños tienen ese poder de construir todo, solo con su imaginación; mundos hermosos, lugares únicos e impensados, cosas simples y únicas.
Ellos son los que disfrutan
la vida con poco, y como pocos, son los que ríen y lloran pero nunca preocupados y
menos cansados, son quienes desarrollan los sueños y logran sus fantasías, ya
sea despiertos o durmiendo.
Pero cuando pierden eso,
pierden la magia y la inocencia, sienten la presión el cansancio de tener sobre
sus hombros, la necesidad de lograr los sueños de
otros, quienes de ti esperan y necesitan todo, cuando pierdes la alegría de la
vida y la sonrisa de tu rostro, es por que fue el día, en que dejaste de jugar,
para tener que trabajar.