jueves, 11 de septiembre de 2014

ESTALLA EL SENSACIONALISMO





¿Han escuchado a alguien decir “paren el mundo que me quiero bajar”? Algo así me pasó con lo de los bombazos en Santiago y la manga de periodistas alaracos que se dieron un festín con lo que les pasaron en el ramo de sensacionalismo en la ú.
Ya pero enserio, no quiero hablar mucho de eso, porque probablemente tú también estés hasta la coronilla con el tema.


Ahora, pese a lo chato que me encuentre con el tema no nos podemos engañar de que esto es un delito a todas luces, pero ¿era necesaria tanta cobertura al respecto? ver a los periodistas ahí mismo en la escena como esperando a que la hueá diera otra explosión me pareció total y completamente absurdo, tanto como el tiempo que estuvo al aire toda esa vaina. Chato. Ni que estuviera esperando Los Simpsons.

Creo que lo que más me preocupa de todo esto, es el enorme rigor que han puesto las fuerzas policiales ante “cada paquete de cabritas abandonado en los cines por estos encapuchados de lentes 3D que rondan las oscuras inmediaciones de los centros comerciales” cercanas al metro. Como si todo esto fuera una horrible nueva pesadilla que se revive cada ciertos años, cuyo único propósito fuera implantar el miedo para que no nos revelemos más.

Este problema es tanto político como social, y quizás más en lo económico como también en lo legislativo. Para sentirse molestos, tenemos material de sobra con tantas alzas, reforma tributaria, transantiago, quebrantamientos de partidos políticos, y así. Pero ¿quién(es) es responsable de todo esto? No habiendo un movimiento claro, o un responsable de lo sucedido, personalmente estaré encantado de sentarme cuyo Michael Jackson en el videoclip Thriller lo hizo para comer cabritas mientras la función iba en lo mejor. 

Mientras no se identifique al terrorista -ya definido- con todas sus letras puestas en sus movimientos y/o partidos políticos como una buena "operación de bandera falsa", hoy (todos) seguiremos siendo los anarquistas capaces de poner -quizás por equivocación- aquellos objetos sospechosos en el lugar más pensado.

Por ahora, espero no escuchar más el “paren el mundo que me quiero bajar”, porque capaz que ande por ahí carabineros haciendo controles. Ojo ahí.


Por Fabián Domínguez