El caso de las patentes comerciales, es sencillamente de una violencia única, anoche en el programa de TVN “Esto No Tiene Nombre” se mostró la tremenda desigualdad y la falla de los parámetros legislativo que, me dejan tremendas dudas sobre la transparencia de la ya cuestionada clase política chilena, y sus leyes.
Los hechos mostrados y los datos proporcionados, donde se hayaron diferencias siderales entre lo que paga un lustrabotas o un suplementero, en contraste a una gran empresa, se ilustró en el capítulo de ayer, mostrando los casi 30 mil pesos de patente que pagaba el lustrabotas del centro de la capital, mientras que, una famosa casa comercial paga la insólita cuenta de $470. Los hechos y las pruebas están a la vista.
Pero, ¿De quien es realmente la culpa? Apuntar con un dedo a las empresas, es un error,
porque más allá de sus culpas y juegos legales, los cuales buscan lograr
reducir en lo más mínimo sus gastos, es como querer juzgar moralmente al diablo; y
aquí quienes se equivocan o simplemente se venden, son quienes deben legislar
para quienes les entregamos el voto pero lamentablemente pasamos a ser cómplices
una vez más de la desigualdad violenta que vive el país y me pregunto ¿cuál es
el pago por mantener y proteger esto?
Por Manuel Galindo @_galin2