miércoles, 6 de agosto de 2014

Guarello vs Bianchi














Existe un mercado bastante pequeño, cuando quieres escuchar a periodistas con carácter y de argumentos, por eso, me deja en un estado neutro la pelea de dos profesionales que juegan para el mismo equipo, con el detalle de la consecuencia.


El periodista Juan Cristóbal Guarello aprovechó la tribuna radial para ir con todo en contra de su colega Felipe Bianchi. Todo comenzó cuando Guarello dijo que por ‘razones éticas’ había decidido no asistir ayer a la cita con Jorge Sampaoli, en Juan Pinto Durán.

Juan Cristóbal Guarello y Felipe Bianchi, siempre han destacado por ser periodistas muy confrontacionales. Ambos, son partidarios de la transparencia, siendo directos y no cayendo en lo políticamente correcto, muchas veces pasando por alto sus respectivas líneas editoriales, y eso, en el fondo se agradece mucho. 
De parte, de quienes nos gusta escuchar personas que emitan comentarios con contenido y argumento, se les valora mucho, sobre todo en un país donde la mayoría piensa que para llegar lejos se necesita "caer bien", andar golpeando espaldas o simplemente riendo por todo, en desmedro de ser un mejor profesional.

Guarello, por ejemplo, siempre ha sido un opositor de ciertas prácticas que surgen del periodismo en Chile, como la del "amigo de", el ha tenido un discurso de alegato, a la actitud ética y al deber que se debe tener en búsqueda y defensa de la verdad en la actualidad de nuestro país, tanto en temas políticos como en deportivos.

Por su lado y en su estilo más irónico, Bianchi, ha sido crítico de las malas gestiones del gobierno de turno, sobre todo en tema relacionados al fútbol y al deporte. Él, a utilizando la vitrina que le proporciona la radio, la televisión e internet, como podio para propagar su mensaje, con argumento y hechos. 

Es por eso que lamento la pelea, y lo lamento, porque que juntos suman mucho más que separados, se agradece un poco de objetividad en un mar de comentarios pasionales y sin una gota de contenido, sobre todo en un medio que se acostumbro a sobar la prieta.



Por Manuel Galindo @galin2